“Si fuera cierto uno de los principales
argumentos a favor de la pena de muerte, es indiscutible que sólo se hubiera
tenido que aplicar la primera vez.” Bien lo dice el escritor español Jaume
Perich con esta famosa frase trata uno de los temas más polémicos hoy en día,
la pena de muerte. Pero ¿Qué es la pena de muerte? Esta puede ser definida como
provocar la muerte a un condenado
por parte del estado, como castigo por un delito establecido previamente en la legislación.
Los sistemas penales desde que se datan hechos
históricos han buscado maneras de poder reducir crímenes en su sociedad, antes
de los Derechos Humanos, códigos como el de Hammurabi que rigió a la
civilización mesopotámica, que es uno de los conjuntos de leyes más antiguos
que se han encontrado, constaba de leyes que fijaban diversas reglas en sus
vidas cotidianas, normas que iban desde las jerarquías hasta penas por cometer
crímenes, que es lo que nos compete; las bases de esto último estaban en la ley
de Talión que establecía dos puntos:
1. El castigo no es una opción, es obligatorio.
2. El castigo debe ser equivalente al daño
causado.
Aunque códigos como el de Hammurabi fueron las
bases de nuestros sistemas de justicia, estos también fueron los primeros
inicios de lo que podría llamarse Ley del Talión moderna, la pena capital.
Más de las dos terceras partes de los países del
mundo han abolido la pena de muerte, pero esto no significa que se han dejado
totalmente de un lado, la pagina Amnistía Internacional nos da las siguientes cifras:
·
Durante 2017 se
registraron 993 ejecuciones en 23 países diferentes.
·
En 2016 se registraron 1,032 ejecuciones.
·
Y en 2015, con la
cantidad más alta registrada desde 1989, con 1380 ejecuciones.
¿Todos estos datos que significan? Esto
significa que, aunque se considera abolida casi universalmente todavía hay
gente, gobiernos que consideran este castigo una solución viable para poder
resolver los problemas de crímenes.
Ahora, ¿Qué posibles argumentos podrían ser
dichos para apoyar tal castigo? Retomando la ley de Talión, el castigo debe ser
proporcional al daño causado, suena lógico, una relación casi directa, un criminal
comete homicidio, por ende, el merece también la muerte. Todo esto en papel
parece casi una solución perfecta, hasta se podría llamar justa. Se busca
justicia para la victima dando castigo al criminal, al mismo tiempo dando un
ejemplo para aquellos que quisieran seguir los pasos de ser un criminal. Suena
bien ¿no? No del todo.
Tomando
en cuenta que los sistemas penales y de justicia no solo buscan castigar, si no
también dar oportunidad de reinstalarse en la sociedad. Lo que buscan estos
sistemas penales es que los delitos y crímenes bajen. Y podría decirse ¨Menos
criminales, menos crímenes¨, pero las cifras no mienten, lugares donde la pena
de muerte se sigue aplicando no ha mostrado que es lo suficientemente eficaz
para persuadir a los criminales o los potenciales criminales.
Según Amnistía Internacional, la mayoría de las
ejecuciones tuvieron lugar en China con sus cifras en los miles, Irán con 507,
Arabia Saudí 146, Irak con 125 y Pakistán con 60. Comparando sus cifras de
crímenes registrados, no se nota una baja en sus números.
Pero a pesar de todo esto, no se tiene que dejar
de fuera uno de los hechos posiblemente más importantes, la violación que esta
causa a los derechos humanos. El relator espacial experto en la ONU, Juan E.
Méndez, toca este punto diciendo que no solo se viola el derecho a la vida si
no también, el derecho a no tortura. El proclamo que “La pena de muerte viola
la prohibición absoluta a ese tipo de tratos” con ese tipo de tratos se refiere
a la tortura que es considerada innecesaria.
Aquí es donde, otra postura surge, la de Albert
Camus, escritor ganador del Nobel, su postura
básicamente dice, que fuera de lograr un cambio y quitar un problema a la
sociedad, creas una nueva problemática a resolver.
La pena de muerte, esta intencionada
a mejorar nuestra sociedad, librándonos de criminales y de que estos criminales
regresen a nuestra sociedad. Ayudando a la víctima, aunque hablando como medida
social para la prevención de crímenes y delitos, las sociedades no deben de
buscar el castigo puro en contra de los criminales, si no también lo que se
viene buscando desde civilizaciones antiguas, que los crímenes cometidos sean
reducidos, es este punto donde la eficacia de la pena de muerte entre en duda
entre la gente y lo que lleva a este tema a ser uno de los temas más polémicos
y hablados hoy en día.
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